Quién soy
Mi nombre es Soledad Castex, aunque mis amigos me dicen Toti. Siempre supe que el arte era parte de mí. Desde niña me sentí atraída por lo manual, por lo que se construye con las manos y el alma. Aunque estudié diseño gráfico, mi camino profesional me llevó a especializarme como diseñadora de experiencia de usuario (UX), donde combino empatía, creatividad y estrategia para mejorar la vida de las personas a través de productos digitales.
Pero hay otro lenguaje que también me habita: el del arte. A lo largo de los años he explorado ilustración, decoupage, pintura... hasta que el collage análogo apareció, casi como un susurro, en uno de los momentos más oscuros de mi vida.
Atravesaba una depresión post parto y había descubierto a mis 39 años que era neurodivergente, recibiendo un diagnóstico médico de trastorno obsesivo compulsivo. No sabía cómo expresar lo que sentía. Las palabras no alcanzaban. Y entonces encontré en el collage un refugio. Un espacio donde podía reconstruirme, pieza por pieza.
Con el tiempo entendí que mi trabajo como UX y mi trabajo como artista tenían más en común de lo que imaginaba: ambos parten de la observación profunda, de escuchar lo que no siempre se dice, de crear experiencias que conecten con las emociones.
Hoy, el collage es mi terapia y también mi forma de contar historias. En cada obra dejo un pedacito de mí, y quiero compartir con otros lo poderoso y sanador que puede ser. Por eso, a través de mis talleres y de mis obras, invito a las personas a explorar, crear y descubrirse.
Un mundo hecho de recortes, intuiciones, emociones y experiencias, tanto digitales como humanas. Ven a crear conmigo.
Pero hay otro lenguaje que también me habita: el del arte. A lo largo de los años he explorado ilustración, decoupage, pintura... hasta que el collage análogo apareció, casi como un susurro, en uno de los momentos más oscuros de mi vida.
Atravesaba una depresión post parto y había descubierto a mis 39 años que era neurodivergente, recibiendo un diagnóstico médico de trastorno obsesivo compulsivo. No sabía cómo expresar lo que sentía. Las palabras no alcanzaban. Y entonces encontré en el collage un refugio. Un espacio donde podía reconstruirme, pieza por pieza.
Con el tiempo entendí que mi trabajo como UX y mi trabajo como artista tenían más en común de lo que imaginaba: ambos parten de la observación profunda, de escuchar lo que no siempre se dice, de crear experiencias que conecten con las emociones.
Hoy, el collage es mi terapia y también mi forma de contar historias. En cada obra dejo un pedacito de mí, y quiero compartir con otros lo poderoso y sanador que puede ser. Por eso, a través de mis talleres y de mis obras, invito a las personas a explorar, crear y descubrirse.
Un mundo hecho de recortes, intuiciones, emociones y experiencias, tanto digitales como humanas. Ven a crear conmigo.
